El día 15 no pudimos realizar la ruta por las inclemencias del tiempo habituales del invierno. Aplazamos una semana la ruta, y el día 22 fue un gran acierto y disfrutamos de un día espléndido.
La subida al Monsacro se puede realizar por distintos sitios. Es una ruta con numerosa afluencia de senderistas en cualquier época del año. En esta ocasión escogimos la subida por el camino norte, que parece ser era el realizado por los peregrinos en el camino de Santiago a su paso por Oviedo.
Desde Oviedo, saliendo en dirección a Mieres, cogemos la salida de la autopista que nos lleva a Santa Eulalia de Morcín. En Santa Eulalia de Morcín vamos en dirección a La Collada. Siguiendo por esta carretera vemos un desvío que pone La Foz. Por ese desvío pasamos por un pequeño pueblo, La Llorera, y a 1 km aproximadamente llegamos a La Collada, donde dejamos el coche.
El inicio de la ruta está bien señalizado: “Ruta del Monsacro, Ermitas medievales”. Empezamos la ruta a las 12:00 horas. El camino, húmedo por estar en la cara norte y embarrado por las lluvias de la semana, se inicia con leve ascenso, que va siendo moderado y en otros tramos más alto. El camino se termina y seguimos subiendo por un estrecho sendero en zigzag en la ladera de la montaña. El sendero termina en un camino que, también en ascensión, nos lleva a la primera capilla. Hemos tardado poco más de una hora. La primera ermita, tradicionalmente llamada de Santiago, conserva en su interior una pequeña imagen de la Magdalena. No tardamos ni media hora en llegar a la pequeña ermita octogonal de Nuestra Señora del Monsacro, o la dama negra del dolmen. Desde afuera no apreciamos que se conserven imágenes, hay un pequeño altar. Continuamos subiendo hasta las brañas más altas y, desde allí, la panorámica es impresionante. La niebla se ha levantado y podemos ver bien la sierra del Aramo toda nevada y, a lo lejos, las cumbres de los Picos de Europa cubiertas de nieve, los picos de la sierra del Sueve y, más cerca, el macizo de Peña Mayor.
Hay caballos pastando, vacas, rebaños de cabras y perros mastines que ladran a cada senderista que pasa. Luce el sol con algunas nubes y comemos tranquilamente resguardados del viento. Iniciamos la bajada por el mismo camino, hacia las cuatro de la tarde y en una hora llegamos a los coches.
22-01-2006
Organiza: GEA grupos de ecología y voluntariado