La gaita es un versátil instrumento ligado en su historia a pueblos y culturas de Africa, Asia y toda Europa. 

 

La música de los instrumentos de la familia de las gaitas, zanfoñas y cornamusas tiene en común ese ritmo vital y vibrante que anima a bailar y a la alegría, a la vez que por momentos se tornan los sonidos en emotivos silencios que nos llenan un poco de tristeza y recuerdos o nos hacen más íntimos. Las gaitas pertenecen al grupo de instrumentos musicales de “cornamusas europeas occidentales”. Este grupo introduce un medio de producción acústico, que es la lengüeta doble o pajuela. Dicho grupo se subdivide en tres familias principales: la franco-occitana, la mediterránea y la clásica occidental. Y es a esta familia a la que nos vamos a referir, pero antes explicaremos básicamente cuáles son las partes fundamentales de sus gaitas:

Fuelle: es el depósito donde se aloja el aire y que logra la continuidad en el sonido, permitiendo los descansos parciales del gaitero. Suele ser de cuero.

Soplete: de madera, es el tubo que llena el fuelle de aire.

Roncón o bordón: de madera, puede haber uno o varios. Da el bajo pedal o bajo continuo.

Puntero: también de madera, es el tubo donde se producen las notas. Posee once agujeros, ocho de los cuales producen las notas, y los restantes completan la sonoridad del instrumento.

Lengüeta o pajuela: de caña doble para el puntero y sencilla para el roncón. Son elementos primordiales para obtener un buen sonido; se requiere caña de buena calidad y tener cierta destreza en su correcta preparación.

La familia clásica occidental tiene una característica principal, y es la de poseer un solo puntero frontal de sección cónica y uno o más bordones sujetos, generalmente, en asientos separados, aunque existen algunas excepciones.

Las gaitas como tales son una subfamilia de cornamusas cuya área de uso tradicional se sitúa en el noroeste de la Península Ibérica, y abarca Galicia, Asturias, Cantabria y algunas zonas del reino de León, como Sanabria y Aliste en Zamora sobre todo, y Tras-os-Montes en Portugal. Hay estilos de decoración y de torneado que marcan diferencias, aunque no importantes, ya que estas obedecen a la creatividad de los artesanos dentro de unos grandes rasgos tradicionales.

Las gaitas, a su vez, pueden clasificarse en otros grupos, según las diferencias locales en cuanto a escalas y digitaciones, por ejemplo, en cuanto al tipo de tonalidad, ya sea grave, aguda o intermedia, y que depende de la longitud del puntero, y más exactamente de la distancia que hay entre el primero y el último de los agujeros. Por otra parte, el instrumento ha ido evolucionando en cuanto a la necesidad de adecuar su afinación a la de otros instrumentos, al irse introduciendo en el siglo XVIII en distintas orquestinas populares. Tradicionalmente, las gaitas han sido empleadas para conducir bailes populares, cortejos, danzas rituales y acontecimientos religiosos, en manos de músicos más o menos profesionalizados. Principalmente en Galicia y Asturias, los cuartetos y quintetos de gaitas están documentados desde el siglo XIX. Aunque se conocen datos de la utilización de gaitas desde la Edad Media, es sobre todo a finales del siglo XIX cuando su empleo se incrementa notablemente, especialmente en Galicia y Asturias. En la actualidad, su uso experimenta un gran auge y se han creado numerosas bandas de gaitas.

Los instrumentos musicales tradicionales forman parte de la herencia cultural de los pueblos. Conocerlos y conocer sus usos nos acerca a esas raíces culturales.

El sonido de las gaitas impregna los espacios abiertos y naturales de los valles verdes, de los senderos que se pierden en los bosques frondosos, y se eleva hasta los cordales y sierras abruptas del interior o hasta aquellas que se rompen al llegar al mar. Vibrantes y envolventes, nos comunican esencias de un modo natural, ancestral, auténtico, donde gaita y gaitero, naturaleza y hombre, convivían en armonía.

Bibliografía y documentación: Museo de la Gaita. Alfonso García-Oliva. Fundación Municipal de Cultura. Ayuntamiento de Gijón. Guía Artesanal de Asturias. Valentín Monte Carreño

    

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