Maimónides clasificó la medicina en tres divisiones: la preventiva, la curativa y la que atendía a los convalecientes, incluyendo los inválidos y los ancianos.

Su enseñanza médica, basada en la entonces patología humoral de Hipócrates y Galeno, de estricto carácter racional, combatió duramente el uso de los hechizos, encantamientos y amuletos en el tratamiento de enfermos y desaprobaba toda fe ciega en la autoridad. Estimulaba a sus discípulos a observar y razonar críticamente.

 

Aforismos médicos de Moisés es su obra más extensa; contiene 1500 aforismos basados principalmente en la medicina griega y divididos en veinticinco capítulos sobre las diferentes áreas de la medicina; por ejemplo, habla de la apoplejía en la enfermedad cerebro-vascular y de su pronóstico; describe el enfisema obstructivo en el capítulo de enfermedades respiratorias; da a conocer con exactitud los signos y síntomas de la neumonía, así como la descripción de los ocho síntomas de la hepatitis: fiebre alta, sed, anorexia, lengua roja que se vuelve negra, vómito biliar, dolor en el costado derecho, tos ligera y pesadez en el costado derecho.

 

Sobre la salud, da gran variedad de recomendaciones higiénico-dietéticas y del uso de medicamentos; habla tanto del clima como del domicilio, de la ocupación, los baños, la actividad sexual, el vino y las enfermedades respiratorias. En la Mishmé Torá, se describen las reglas sobre la supremacía y nobleza de la vida humana. Según Maimónides, el hombre debe tender a mantener su salud física y su vigor para que su espíritu se mantenga enhiesto, en buenas condiciones para conocer a Dios, puesto que es imposible entender las ciencias y meditar sobre ellas cuando se está enfermo o hambriento.